DIOS LLAMA A GEDEON

Gedeón muestra dudas y temores acerca de la misión que Dios le encomienda, la cual es librar a Israel de los madianitas

Gedeón se considera una persona común y poco importante.

En Jueces 6:15, él dice:

 “¿Con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es la más pobre de Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.”

Gedeón se siente insignificante, como si no tuviera el poder o la capacidad para cumplir con la tarea que Dios le asigna.

Esto refleja una falta de autoestima y confianza en sí mismo, lo cual es un factor común cuando se enfrenta Al llamado de Dios

En el contexto histórico, Israel estaba siendo oprimido por los madianitas, y el pueblo se encontraba en una situación de sufrimiento extremo.

Gedeón duda porque, a pesar de la promesa de Dios de liberarlos, la realidad parece ser muy diferente.

Dios le habla en Jueces 6:12, diciendo: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.”

Sin embargo, Gedeón no puede ver cómo él, siendo una persona aparentemente débil y sin recursos, puede cambiar la situación de un pueblo entero.

 La desesperanza y la adversidad son factores que contribuyen a su duda.

Gedeón cuestiona la presencia de Dios debido a las dificultades del pueblo, esto lo vemos en

Jueces 6:13, dice: “¿Dónde están todas sus maravillas que nuestros padres nos contaron, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto?”

Gedeón expresa que, si Dios estuviera realmente con ellos, no estarían sufriendo tanto.

Cuando Dios llama a Gedeón, lo hace para una tarea que parece muy grande y peligrosa.

Gedeón, tiene miedo de lo que le está pidiendo Dios.

El temor natural a lo desconocido, la responsabilidad de liderar una guerra y la presión de liberar a su pueblo son factores que generan dudas.

 Dios le pide algo grande y Gedeón tiene miedo de no poder hacerlo.

Como resultado de sus dudas, Gedeón pide señales para confirmar que Dios realmente está con él.

Gedeón pone una lana en el suelo y pide que, si realmente es la voluntad de Dios que lo use como líder, la lana se moje de roció mientras que el suelo permanezca seco. Luego, pide lo contrario: que solo la lana se quede seca y el suelo mojado. Dios hace ambos milagros y Gedeón sale con la seguridad de que Dios iba con el.

Gedeón comprendió que Dios era quien le iba a dar la victoria.

La historia de Gedeón nos enseña que, aunque podamos dudar de nosotros mismos, Dios sigue fiel a sus promesas y capacita a aquellos que llaman para cumplir con su propósito.

Su palabra dice que no nos dejara, ni avergonzara, pero también dice que no nos dejara avergonzar, los milagros sucederán en nuestras vidas para su gloria

Dios no ha cambiado, ni su poder ha disminuido.

Para finalizar vamos a

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

 

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