Muchas veces, nos enfocamos tanto en nuestras necesidades, olvidando que Dios no solo provee lo que necesitamos, sino que también lo hace con generosidad para que podamos disfrutar de Sus bendiciones.
En 1 Timoteo 6:17, la Palabra de Dios dice:
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.
Este versículo nos revela un principio fundamental: Dios nos da todo lo que necesitamos, no solo para sobrevivir, sino en abundancia para disfrutar.
¡Él es un Dios generoso! La riqueza, el bienestar y las bendiciones que recibimos son un regalo de Su bondad.
Debemos aprender a disfrutar de las bendiciones de Dios sin que nuestra vida dependa de ellas, pero con un corazón agradecido y dispuesto a gozarlas.
Dios creó el mundo lleno de abundancia, para que el ser humano viviera en plenitud.
En Génesis 1:31, después de crear todo lo que hay en la Tierra, dice que “Dios vio que todo lo que había hecho era bueno en gran manera”
Desde el principio, Dios diseñó un mundo lleno de abundancia para que disfrutemos. Cada árbol, cada río, cada animal, cada recurso natural fue creado con la intención de que el ser humano lo disfrutara.
Dios nos da las riquezas de la tierra para nuestro bienestar, recordándonos que disfrutemos lo que Él ha creado para nosotros.
Dios también nos ha dado bendiciones espirituales para que vivamos en plenitud. En Efesios 1:3, Pablo nos revela:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
La abundancia que Dios nos da también se extiende para el alma, dándonos su paz, gozo, amor, paciencia, mansedumbre, fe, bondad, templanza y todo esto es independiente de las circunstancias externas, porque provienen de la presencia de Dios que está en nuestro interior.
Dios quiere que disfrutemos de las bendiciones que nos da, pero también quiere que lo hagamos con un corazón agradecido
No debemos dar por sentadas las bendiciones que Él nos da, sino que debemos disfrutar de ellas con un corazón lleno de gratitud.
Oramos para vivir cada día con el gozo de saber que Dios nos da abundantemente para disfrutar y no para que se convierta en un ídolo, ni para que genere conflictos.
Para finalizar vamos a
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.