LA BONDAD EN LA FAMILIA (II Parte)

Vamos a compartir algunos obstáculos que pueden aparecer para no disfrutar de la bondad

  1. El orgullo: “Yo no tengo que pedir perdón”.
  2. La rutina: “Ya no hace falta decir ‘gracias’ o ‘te amo’”.
  3. El egoísmo: “¿Y yo qué gano con ser bondadoso, si nadie me lo reconoce?”
  4. : resentimientos que endurecen el corazón.

Pero Dios transforma nuestro corazón, vamos a:

Ezequiel 36:26

“Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros…”

Dios es nuestro ayudador, no estamos solos, debemos orar unos por otros para que Dios alumbre y revele su palabra, para ser hacedores de ella, por ejemplo: 

  • Decir palabras de aliento
  • Servir sin esperar nada a cambio
  • Perdonar rápidamente
  • Escuchar sin interrumpir

En el hogar es importante el ejemplo que dan los padres a los hijos.

La palabra nos anima a perseverar, para cosechar, esto lo encontramos en:

Gálatas 6:9

No os canséis, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

La bondad no es una emoción, es un fruto del Espíritu, es decir la genera Dios, para disfrutar cada día.

 El hogar debe ser el primer lugar donde se note la bondad.

El reino es hoy, Dios trasforma el carácter, por ejemplo, para hablar con ternura Y perdonar sin rencor.

Oramos para que Dios alumbre y revele su palabra para ser hacedores de ella y no solamente oidores 

Para finalizar vamos a

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

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