Vamos a
Gálatas 5:22-23
“Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
En el día – día nuestras emociones, deseos y reacciones pueden ser impulsadas por los deseos engañosos.
La falta de templanza se manifiesta en palabras hirientes, en decisiones impulsivas, en la incapacidad de controlar los deseos y pasiones.
Sin embargo, el dominio propio es un fruto fundamental que Dios nos llama a cultivar.
Esto significa que la templanza no es algo que podemos lograr por nuestra propia fuerza o determinación.
Es un fruto, el cual Dios produce en nosotros, por medio de la relación personal diaria con Él
Este fruto del Espíritu nos da la capacidad de controlar nuestras reacciones y deseos, permitiéndonos vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, en vez de dejarnos llevar por nuestros impulsos.
Por ejemplo, vamos al siguiente versículo:
Proverbios 15:1 dice
la blanda respuesta quita la ira.
Tener templanza significa pensar antes de hablar, especialmente en situaciones de conflicto.
Las palabras pueden causar daño, por lo que necesitamos el control del Espíritu para hablar con sabiduría, paz y amor.
La templanza no solo tiene que ver con controlar lo que decimos, sino también con lo que sentimos.
En Efesios 4:26 dice: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo.”
La templanza nos permite controlar nuestras emociones en lugar de dejarnos llevar por ellas.
La templanza es esencial para vivir una vida victoriosa, para mantener relaciones saludables y para ser testigos efectivos del amor y la gracia de Dios.
Para finalizar vamos a
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.