En la relación personal con Dios,
está compuesta por dos acciones:
1.Nosotros le hablamos a Dios, esto se llama oración.
2.Dios nos habla a nosotros por medio de
su palabra y esta la encontramos en la biblia.
Vamos a compartir que dice la biblia acerca de
cómo debemos hacer la oración personal.
Para esto, Primero vamos a ir a Mateo 6:9
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro
La oración solo se dirige al Dios vivo.
La palabra lo identifica como el Padre de los espíritus.
No hay intermediarios, porque la presencia del Dios vivo esta en cada uno de nosotros,
nuestro cuerpo es el templo de Dios.
la palabra dice que nos podemos acercar confiadamente al trono de la gracia para hallar oportuno socorro y que Dios es nuestro ayudador.
Segundo vamos a Mateo 6:6
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Este versículo nos dice que es un tiempo que apartamos para estar solos con Dios, por esto el símbolo del aposento, significa privacidad.
Podemos hablar con nuestro Padre mentalmente o en voz alta, si lo hacemos de la segunda forma, debemos apartarnos para que ninguna otra persona nos escuche, sino solo el Padre de los Espíritus.
Y tercero vamos a Lucas 18:1
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
Debemos apartar tiempo y espacio cada día para hablar con Dios, el versículo nos anima a no desmayar, es decir no abandonar, no dejar de hacerlo.
En ocasiones creemos que no hay respuesta a la oración, pero no es así, siempre Dios responde a nuestras peticiones
El tiempo de la oración persona es productivo ,no debemos caer en el engaño que e sperder el tiempo.
El versículo mateo 6:6 dice que Dios nos recompensara en público, es decir, que la respuesta se va a notar y Dios no miente, su palabra se cumple.
Debemos animarnos unos a otros para tener este tiempo diario con Dios.
Recordemos lo que dice la palabra en
1 Corintios 13:13
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.