LA LUZ DEL MUNDO

Cuerpo de Cristo.
Hoy nos sumergiremos en el versículo 12 del libro de 
San Juan, donde Jesús
proclama con profundo significado:

Juan 8:12
Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida

En estas palabras, Jesús no solo se presenta como el Salvador del mundo, sino también como la luz que disipa las tinieblas de nuestras vidas. La luz simboliza la verdad, la sabiduría y la guía divina, es decir la palabra de Dios, que nos ilumina en medio de la oscuridad espiritual.

 En un mundo lleno de desafíos y confusión, la luz de Cristo nos muestra el camino hacia la verdad y disfrutar del reino de Dios aquí en la tierra.

La Luz Disipa las Tinieblas,

En un sentido espiritual, todos hemos experimentado momentos de oscuridad en nuestras vidas. Ya sea a través de dificultades, pérdidas o simplemente la búsqueda de un propósito más profundo, hemos sentido la necesidad de una luz que nos guíe. La palabra de Dios se presenta como esa luz, la fuente de esperanza que disipa las tinieblas de la desesperación y el temor, como dijo el rey David Lámpara y lumbrera es tu palabra.

Al Seguir la Luz disfrutamos de la Vida

El llamado de Jesús no es solo reconocerlo como la luz, sino obedecerlo por fe.

Obedecer la palabra, no solo evitamos tropezar en la oscuridad, sino que también experimentamos la plenitud de la vida que él nos ofrece. Encontramos significado, propósito y amor incondicional al seguir al que es la luz del mundo. Y Somos Portadores de la Luz, como dice en

Mateo 5:14
Vosotros sois la luz del mundo; En un mundo lleno de desafíos y sombras, nuestra responsabilidad es reflejar la luz de Cristo a través de nuestras acciones, palabras y amor hacia los demás. Al hacerlo, compartimos la esperanza que hemos encontrado en Él.

Oramos para que Dios alumbre nuestro entendimiento y afirme en su palabra, para llevar siempre esperanza a nuestro entorno social.

Para finalizar, debemos tener presente lo que dice en

Primera de Corintios capítulo 13, versículo 13: 

“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”

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