La palabra nos exhorta a vivir sabiamente, aprovechando bien el tiempo y entendiendo la voluntad del Señor, esto lo encontramos en:
Efesios 5:15-17
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
La sabiduría nos ayuda a discernir lo que es correcto y a vivir de una manera que agrada a Dios, especialmente en tiempos difíciles.
Ahora vamos a
Proverbios 9:10
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría. Al cultivar una relación con Dios, nuestra comprensión y discernimiento crecen para actuar conforme a la palabra por el poder de Dios.
Sobre la sabiduría dice en;
Santiago 3:17
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
La sabiduría de Dios se manifiesta en características que reflejan su naturaleza: pureza, paz, bondad, misericordia etc, Esta sabiduría no es dudosa, ni hipócrita, sino que es consistente y sincera.
Buscar y aplicar esta sabiduría en nuestras vidas nos ayuda a vivir de una manera que glorifica a Dios.
Pedir sabiduría a Dios es esencial para vivir una vida plena y para entender su voluntad. Reconociendo que Dios es la fuente de toda sabiduría, debemos acudir a Él con humildad y confianza, sabiendo que Él nos dará lo que necesitamos.
Debemos seguir el ejemplo de Salomón y Daniel.
Oramos para que Dios nos de sabiduría y entendimiento para enfrentar cualquier desafío, para salir en victoria por su poder.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor