La ansiedad es un tema complejo, a la cual estamos expuestos.
la Palabra de Dios nos ofrece esperanza y consuelo, para superarla.
El justo vivirá por fe y oramos para Confiar plenamente en el Cuidado de Dios, como dice en:
1 Pedro 5:7
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Este versículo revela que no tenemos que llevar nuestras cargas solos.
Podemos confiar en que Dios se preocupa
profundamente por nosotros y el lleva nuestras cargas.
En el libro del profeta Isaías encontramos la siguiente promesa:
Isaías 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
En todos momentos debemos recordar que Dios está con nosotros. No estamos solos.
Él nos fortalece, nos ayuda y nos sostiene con su justicia.
Estas promesas son un ancla firme para nuestras almas en tiempos de adversidad.
Jesús abordo el tema de la ansiedad en:
Mateo 6:25-34:
Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? .. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
El versículo dice que Dios cuida las aves y las flores, también cuidará de nosotros.
Nuestra prioridad debe ser buscar el reino de Dios y su justicia, confiando en que Él proveerá todo lo que necesitamos.
Bendecidos la ansiedad puede ser abrumadora, pero no tenemos que enfrentarnos a ella solos.
La Palabra de Dios nos ofrece una guía clara: debemos orar y presentar nuestras preocupaciones a Dios, confiar en su cuidado, recordar sus promesas y tener fe en su provisión.
Debemos siempre llevar esperanza y no caer en el error de juzgar al hermano en la fe
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”