En Isaías 59:1 el profeta nos muestra la omnipotencia y la disposición de Dios para salvarnos y escuchar nuestras oraciones, vamos a leerlo:
He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír.
En muchas ocasiones, nos encontramos en situaciones donde sentimos que la ayuda está fuera de nuestro alcance.
Podemos enfrentar problemas financieros, de salud, familiares o en el alma, y sentir que no hay solución a la vista.
Sin embargo, Isaías 59:1 nos asegura que la mano de Dios no se ha acortado.
Esto significa que su poder para salvarnos es infinito y está siempre disponible.
Dios, el Creador del universo, posee un poder ilimitado.
Él separó las aguas del Mar Rojo, derribó los muros de Jericó, sanos enfermos, Estas demostraciones de su poder nos recuerdan que no hay nada imposible para Él.
Si Dios pudo hacer estos milagros en el pasado, ciertamente puede intervenir en nuestras vidas hoy.
La mano de Dios no se acorta con el tiempo ni con la distancia, su presencia está en cada uno de nosotros.
A veces, sentimos que nuestras oraciones no son escuchadas, que Dios está distante o indiferente a nuestras súplicas, pero Isaías 59:1 nos revela de que el oído de Dios no se ha endurecido.
Él escucha cada una de nuestras oraciones con amor y atención.
Dios es como un padre amoroso que siempre está dispuesto a escuchar a sus hijos.
Él se preocupa por nuestras necesidades. Cuando oramos, estamos comunicándonos con Él, y aunque la respuesta no siempre sea inmediata o como esperamos, podemos estar seguros de que Él nos escucha y responde a nuestras oraciones.
Sabiendo que la mano de Dios no se ha acortado y que su oído no se ha endurecido, nos da la fuerza para seguir adelante, incluso en medio de las pruebas más difíciles, porque sabemos que el milagro va a suceder.
Confiar en Dios significa dejar nuestras preocupaciones en sus manos y creer que Él tiene un plan perfecto para nosotros.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor