Este gozo, es el resultado de una relación íntima y personal con Dios.
los creyentes pueden experimentar el gozo independientemente de las circunstancias externas.
En el libro de Nehemías 8:10, dice: El gozo del Señor es vuestra fuerza.
Este versículo destaca que el gozo divino no es una emoción, sino una fuente de fortaleza y contentamiento para el creyente.
Jesús habla del gozo en Juan 15:11:
Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo.
, Jesús dice que su presencia llena nuestras vidas de un gozo completo y perfecto, un gozo que no depende de lo efímero, sino de lo eterno.
Para vivir en el gozo de Dios, es fundamental cultivar una relación constante y genuina con Él. Esto implica:
- La oración , es la conversación con Dios, que nos permite descargar nuestras preocupaciones, para recibir su paz y gozo.
- Meditar en la palabra de Dios para que sea revelada y pasar a vivir por fe.
Oramos para agradecer por lo que tenemos, centramos nuestra atención en la bondad y la provisión divina.
Vivir en el gozo de Dios, nos da una una vida plena y abundante.
No se trata de una emoción pasajera, sino de un fruto del Espíritu, basado en nuestra relación con Jesucristo el Señor.
Confiar en sus promesas, podemos experimentar un gozo que trasciende cualquier circunstancia y nos da la fuerza para enfrentar la adversidad en la vida.
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor