En 1 Crónicas 29:14, David, en su oración de agradecimiento Y reconoce la grandeza de Dios.
Este versículo dice:
Pero, ¿Quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.
Para entender plenamente este versículo, es importante considerar el contexto en el que fue dicho.
David había reunido a todo el pueblo de Israel para ofrecer voluntariamente materiales para la construcción del templo de Dios, que su hijo Salomón construiría.
En un acto de generosidad y devoción, el pueblo trajo ofrendas abundantes.
David, en su humildad, reconoce que todo lo que tienen y pueden ofrecer proviene de Dios.
David comienza su oración reconociendo que todo en el cielo y en la tierra pertenece a Dios.
Esto nos revela que Dios es el creador de todas las cosas y, por lo tanto, el único dueño legítimo de todo.
David afirma que lo que hemos dado es solo una devolución de lo que ya hemos recibido de Dios.
Esto nos revela que nuestras ofrendas, talentos y recursos son regalos de Dios que debemos usar para Su gloria.
Nuestra generosidad debe ser una respuesta natural a la abundante gracia y provisión de Dios en nuestras vidas.
Un corazón agradecido reconoce que sin Dios, no tendríamos nada.
Reconocer que todo lo que tenemos proviene de Dios nos lleva a depender completamente de Él, no solo en lo material, sino en todas las áreas de nuestra vida.
Al entender que Dios es el proveedor de todo, nuestra fe y confianza en Su provisión se fortalecen.
Sabemos que Él cuidará de nuestras necesidades.
Diariamente debemos recordar que nuestras posesiones, talentos y habilidades son regalos de Dios.
Debemos diezmar con un corazón agradecido y reconociendo que estamos devolviendo a Dios,
Mantener una actitud de agradecimiento por las bendiciones diarias y por la provisión de Dios en nuestras vidas.
En momentos de necesidad o dificultad, recordar que Dios es nuestra fuente y provisión.
Fortalecer nuestra relación personal con Dios a través de la oración y la lectura de su palabra, reconociendo nuestra dependencia de Él en todo momento.
Oramos para que Dios nos revele que todo lo que tenemos proviene de Él y Ayúdanos a vivir con corazones humildes y agradecidos.
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor