¿QUÉ HACER EN LA ADVERSIDAD?

En tiempos de adversidad la fe es puesta a prueba y es natural preguntarnos cómo debemos actuar ante las dificultades que la vida nos presenta.

En la Biblia encontramos versículos que nos ofrecen guía y consuelo en estos momentos difíciles.

Uno de esos versículos se encuentra en Santiago 1:2-4

Hermanos míos, considerad como un gran gozo cuando os encontréis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada. 

Este versículo no solo nos llama a perseverar en medio de la adversidad, sino que revela que Dios genera gozo en medio de las pruebas, porque a través de ellas, nuestra fe se fortalece y nuestro carácter se perfecciona.

El versículo inicia:

Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,

Esto es contrario a nuestra naturaleza humana, ya que, generalmente, asociamos las pruebas con dolor, pérdida y frustración.

Sin embargo, el gozo al que se refiere Santiago no es un sentimiento pasajero, sino el fruto del Espíritu que genera la relación personal con Dios.

 Este gozo proviene de la certeza de que Dios tiene un propósito en nuestras vidas y que, incluso en medio de la adversidad, Él está obrando para nuestro bien.

En momentos de adversidad, es fácil caer en la duda e incertidumbre, pero Santiago nos revela que es la manera que se fortalece nuestra fe.

 Esta confianza no significa que minimicemos nuestras dificultades, sino que las enfrentamos con la convicción de que Dios está en nosotros y que Él nos da la fuerza necesaria para superarlas.

Como se menciona en

Romanos 8:28 sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.

Santiago continúa en el versículo diciendo:

” que las pruebas de nuestra fe producen paciencia”.

La paciencia no es simplemente la capacidad de esperar, sino una resistencia activa, una fortaleza interior que se desarrolla por estar fortalecidos en la fe.

Las pruebas, cuando son enfrentadas con fe, nos enseñan a depender más de Dios y menos de nuestras propias fuerzas.

 A través de la adversidad, nuestra fe se fortalece.

Este proceso de maduración espiritual es esencial para nuestra vida cristiana.

Dios no permite que pasemos por pruebas solo para vernos sufrir; su intención es moldearnos y hacernos más semejantes a Cristo.

 Así como un atleta se fortalece al enfrentarse a desafíos físicos, nuestra fe se fortalece cuando enfrentamos y superamos las adversidades.

Al final del proceso, como dice Santiago, al final del versículo, seremos

“perfectos y completos, sin que nos falte nada”.

Esto no significa que alcanzamos la meta, reinar en vida, llegar a la estatura de Cristo, es decir lo imposible sucede por el poder de Dios en nosotros.

Dios mediante mañana continuaremos con este tema

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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13  

Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor

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