AVANZAR CON ESPERANZA

En la vida se pueden presentar diferentes circunstancias, Desde problemas financieros hasta dificultades en las relaciones personales, pasando por enfermedades, pérdidas, y otras situaciones difíciles.

cada ser humano se enfrenta, en algún momento, a momentos de adversidad.

Sin embargo, en medio de estas pruebas, podemos seguir adelante, gracias a: la esperanza.

La esperanza es una profunda confianza por fe en las promesas de la palabra de Dios, en que, a pesar de las dificultades, “todo es para bien” y Dios no miente.

 La esperanza nos invita a mirar más allá de las circunstancias presentes y a confiar el cumplimiento de la palabra de Dios, aunque en el presente no lo podamos ver, es por fe.

La esperanza no significa negar la realidad del dolor o el sufrimiento, sino más bien la capacidad de enfrentarlos con la convicción de que no serán permanentes.

 A menudo, cuando nos enfrentamos a momentos difíciles, nos sentimos abrumados, incapaces de ver más allá de los problemas que nos aquejan.

Sin embargo, la palabra dice;

 Romanos 12:12 Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración

No se trata simplemente de esperar que todo salga bien sin hacer nada al respecto. Se trata  de ser pacientes , perseverantes, y de fortalecer nuestra relación con Dios a través de la oración y la lectura de la palabra.

 En lugar de dejarnos consumir por la desesperación, La esperanza en la palabra de Dios nos llena de la fuerza necesaria para seguir adelante.

Al vivir con Esperanza, enfrentamos las situaciones por resolver y dificultades con fe.

 La fe y la esperanza están estrechamente relacionadas.

La fe nos permite mantener la esperanza viva, aun en los momentos más oscuros.

Por ejemplo, cuando estamos enfrentando problemas financieros, en lugar de caer en la desesperación, la esperanza nos impulsa a buscar soluciones:  reducir gastos, aumentar los ingresos y mejorar la administración de estos .

Al hablar con Dios, podemos entregarle nuestras preocupaciones y sabemos que tiene el poder para sacarnos en victoria de la adversidad.

Además, la palabra nos da una promesa maravillosa que es disfrutar de la paz de Dios, la cual nos libra de caer en el estrés y angustia.

A lo largo de la historia, hay innumerables ejemplos de personas que han encontrado esperanza en medio de la adversidad.

 Por ejemplo, la historia de Job.

Job perdió todo: su familia, su salud, y sus posesiones. Sin embargo, a pesar de su sufrimiento, nunca perdió la esperanza en que Dios tenía un propósito para su vida.

Job fue paciente y al final, Dios lo bendijo con más de lo que había perdido.

En la congregación, también hay ejemplos de esperanza. Bendecidos que han superado enfermedades graves, que han salido adelante después de la pérdida de un ser querido y se han restaurado economías, son testimonios vivos de la esperanza en la palabra de Dios por fe.

Debemos tener presente que la esperanza no es solo algo que invocamos en tiempos de crisis, sino una forma de vida.

 Vivir con esperanza significa enfrentar cada día con la confianza de que, pase lo que pase, “todo es para bien” .

La esperanza también nos enseña a ser pacientes.

No siempre veremos resultados inmediatos, pero eso no significa que nuestras oraciones no estén siendo escuchadas o que nuestras acciones no tengan impacto.

A veces, los cambios más significativos ocurren a lo largo del tiempo, y la esperanza nos da la paciencia necesaria para esperar esos resultados con confianza.

El ejemplo es Abraham, la palabra dice que vivió: “con esperanza contra esperanza”

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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13

Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor

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