La bondad de Dios nos da consuelo.
A lo largo de la Biblia encontramos que Dios es bueno, que su amor es eterno y que su bondad nunca falla, incluso en medio de las circunstancias más difíciles.
Vamos a un versículo sobre la bondad de Dios, el Salmos 100:5 dice:
Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones
Este versículo nos revela que Dios es bueno.
No es algo pasajero o condicionado a nuestras acciones o circunstancias, sino que es un aspecto constante de su naturaleza.
Esto significa que, incluso cuando enfrentamos dificultades, cuando las cosas no salen como esperamos, o cuando estamos en medio del sufrimiento, podemos confiar en que la bondad de Dios sigue presente.
Su bondad no cambia con el tiempo ni se desvanece en las pruebas.
Esta bondad se refleja en su misericordia hacia nosotros y su amor incondicional.
Al conocer esto , podemos vivir con la confianza de que, pase lo que pase, Dios es bueno y está obrando en nuestro favor.
Esto nos da una seguridad inquebrantable. Cuando las cosas no salen como esperamos, podemos recordarnos a nosotros mismos que la bondad de Dios sigue presente, incluso cuando no la podemos ver claramente en ese momento.
La bondad de Dios se manifiesta, a veces de manera sutil, en los detalles de nuestra vida, por ejemplo;
en su provisión diaria, en la paz interior que nos da en medio de la tormenta, y en la certeza de que Él está en nosotros.
Otro versículo que nos habla de la bondad de Dios es el
Salmo 23:6 que dice:
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días
El salmista David dice que el bien y la misericordia de Dios lo seguirán siempre, lo que indica que Dios no solo es bueno, sino que su bondad es activa: nos acompaña, nos guía y nos protege.
Esta bondad es práctica y tangible. No es solo un concepto abstracto, sino una realidad que nos rodea y nos sostiene.
Su bondad se manifiesta en su constante presencia en nosotros, guiándonos como un buen pastor guía a sus ovejas.
En nuestra vida diaria, la bondad de Dios se convierte en una fuente de confianza y paz. Podemos enfrentar cualquier situación sabiendo que contamos con su bondad y misericordia
No importa cuán incierto sea el futuro, sabemos que Dios ya está allí, esperándonos con su bondad.
Este conocimiento nos anima a orar , a caminar en fe, y a descansar en la seguridad de que, incluso en los momentos de confusión, la bondad de Dios nos está guiando y protegiendo.
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor