Muchos enfrentamos la ansiedad en nuestro día a día.
Puede surgir por preocupaciones sobre el futuro, la salud, las finanzas, problemas sociales o las relaciones.
Sin embargo, la Palabra de Dios nos ofrece consuelo y guía para enfrentar la ansiedad.
En Filipenses 4:6-7, Pablo nos ofrece una de las instrucciones más claras sobre cómo enfrentarla:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Este versículo nos enseña que, en lugar de dejarnos consumir por la ansiedad, debemos llevar nuestras preocupaciones a Dios en oración.
No se trata de negar nuestros problemas, sino de presentarlos ante Dios con un corazón agradecido, confiando en que Él nos dará su paz.
Uno de los mayores motivos de ansiedad es la preocupación por la economía.
Sin embargo, Jesús nos enseña que no debemos preocuparnos excesivamente por el futuro, porque nuestro Padre celestial conoce nuestras necesidades y nos cuida.
En Mateo 6:25-26 Jesús dice:
Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Dios cuida de las aves y la creación, ¿Cuánto más cuidará de nosotros? Este pasaje nos lleva a confiar en la provisión de Dios y a descansar en Su cuidado, sabiendo que Él se ocupa de nuestras necesidades.
La ansiedad puede convertirse en una carga pesada que nos afecta física y emocionalmente.
Sin embargo, la palabra dice en:
1 Pedro 5:7:
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”