el temor es un obstáculo que impide que experimentemos la plenitud vida.
El temor puede detenernos en seco.
Puede manifestarse de muchas maneras: miedo al fracaso, al rechazo, a lo desconocido, al cambio o incluso al sufrimiento.
Cuando el temor domina nuestra alma, nos hace sentir inseguros y nos impide avanzar.
Nos hace dudar de nuestras capacidades y de las promesas de Dios.
El temor es una trampa que nos paraliza como dice en:
Proverbios 29:25
El temor del hombre pondrá lazo
Cuando nos dejamos llevar por el temor, caemos en una trampa que nos mantiene estancados.
Un ejemplo de cómo el temor paraliza lo encontramos en la historia del pueblo de Israel, cuando estaban a punto de entrar en la Tierra Prometida.
En Números 13 Moisés envió a 12 espías a explorar la tierra de Canaán, pero 10 de ellos volvieron con un informe lleno de temor.
Dijeron que la tierra era buena, pero que los habitantes eran gigantes y ciudades amuralladas, que era imposible conquistarla.
A pesar de que Dios ya les había prometido la victoria, el pueblo se atemorizo.
El temor nos detiene, dudamos y nos rendimos.
La palabra nos exhorta una y otra vez a no temer, Dios mediante el lunes compartiremos que el camino es:
“confiar en la palabra de Dios”,
porque Él es fiel, para cumplir sus promesas.
Deja abajo en los comentarios que temas deseas que tratemos en este espacio.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”