¿SABÍAS QUE PUEDES CONTAR CON LA AYUDA DE DIOS?

Todos enfrentamos momentos de dificultad, momentos en los que nos sentimos débiles o impotentes. Pero, tenemos una promesa reconfortante:

Dios es nuestro ayudador.

Él no solo nos creó, sino que como buen Padre nos ayuda en cada área de nuestra vida.

Por ejemplo,

Cuando enfrentamos pruebas, miedo o situaciones difíciles, es fácil sentirnos solos o abandonados.

Sin embargo, la Palabra de Dios nos recuerda que, incluso en esos momentos, podemos confiar en Él.

Dios no solo está presente, sino que es nuestro ayudador.

Él fortalece nuestra fe y nos da la valentía para seguir adelante. En momentos de prueba, podemos descansar en la certeza de que Él está con nosotros, guiándonos y ayudándonos, por esto el rey David exclamo en:

Salmo 56:3

En el día que temo, yo en ti confío.

 

Dios no solo está cerca en los momentos difíciles, sino que también provee para nuestras necesidades.

Él sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos, Él suplirá lo que nos falta.

Cuando sentimos que no tenemos suficiente, podemos confiar en que Él es un proveedor fiel. A través de Su generosidad y cuidado, Él satisface nuestras necesidades, como dice en:

Filipenses 4:19

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Pero también debemos saber que contamos con la ayuda DE Dios en el proceso de la toma de decisiones.

La incertidumbre sobre qué camino tomar puede llenar nuestro corazón de ansiedad.

 Pero Dios nos invita a pedirle sabiduría, y Él nos la da generosamente.

No importa si la decisión es grande o pequeña, Dios está dispuesto a guiarnos con Su sabiduría, ayudándonos a elegir el camino correcto, como lo dice en

 Santiago 1:5

Si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Mañana Dios mediante continuamos con este tema

Para finalizar Debemos animarnos unos a otros, para ser hacedores de lo que dice en:

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *