¿QUÉ DICE LA PALABRA SOBRE LA CRIANZA DE LOS HIJOS? (II Parte)

Estamos en el versículo de

Efesios 6:4

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Vamos a continuar con la segunda parte del versículo nos dice:

“Sino criadlos en disciplina.”

Aquí, Dios nos llama a disciplinar a nuestros hijos, pero debemos entender que la disciplina no es sinónimo de castigo.

 La disciplina es un acto de amor y de formación, no una forma de desahogar nuestra frustración o ira.

Es un proceso de enseñanza en el que mostramos a nuestros hijos los límites y las consecuencias de sus acciones.

La disciplina tiene un propósito: guiar a nuestros hijos para que vivan de acuerdo a los principios del evangelio de la gracia de Dios, orar por ellos para que entiendan la importancia de vivir en obediencia, respeto y amor a Dios

 Si hay un comportamiento que no es apropiado, la disciplina nos ayuda a enseñarles el porqué de esa corrección.

 Pero también, debemos recordar que la disciplina siempre debe ir acompañada de amor y comprensión.

La disciplina que damos a nuestros hijos debe reflejar el amor con que Dios nos disciplina a nosotros, como dice en

 

 

Hebreos 12:6

porque el Señor al que ama, disciplina,

Y La última parte del versículo dice:

 “Y amonestación del Señor.”

La amonestación es una advertencia que se realiza a una persona por una conducta inapropiada o incorrecta y esta se hace teniendo en cuenta la palabra de Dios, para guiarlos en el conocimiento de la verdad.

Como padres, debemos ser modelos y guías en el conocimiento de la gracia para nuestros hijos, mostrándoles cómo vivir por fe, en obediencia a la palabra de Dios.

La disciplina y la amonestación deben estar siempre acompañadas de amor y paciencia.

En los hogares debe haber tanto la corrección como el amor, de una manera que prepare a nuestros hijos para ser personas responsables, sabias, amables y temerosas de Dios.

Al corregir sin amor a los hijos, estos pueden sentir rechazo o resentimiento.

Oramos por los padres para que Dios les de sabiduría en la crianza de los hijos y sean hacedores de esta palabra.

Para finalizar vamos a

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

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