EL FRUTO DE LA PACIENCIA

La paciencia en Gálatas 5:22 como un fruto, es decir que podemos disfrutarlo gracias a la relación personal con Dios y con el tiempo el alma se inundara de la paciencia de Dios.

Este fruto nos permite enfrentar situaciones difíciles, adversidades y desafíos con calma y perseverancia.

la paciencia es como el proceso de cultivar en lo natural:

requiere tiempo, trabajo constante y confianza de que, al final, los resultados llegarán.

 El agricultor no se desespera por los frutos de su trabajo, sino que sabe que el proceso tiene su propio ritmo.

El fruto de La paciencia es clave para cultivar relaciones saludables.

 A menudo, las personas cometen errores, pueden ser impacientes o frustrantes.

 La paciencia nos ayuda a dar espacio para el crecimiento, entendiendo que no todos tienen el mismo ritmo. ni las mismas reacciones ante las situaciones. 

la paciencia en los momentos de conflicto puede evitar que una situación se agrave.

El camino hacia lograr las diferentes metas no es siempre inmediato, La paciencia nos recuerda que los frutos de nuestros esfuerzos vendrán, aunque a veces no lo veamos de inmediato.

Si perseveramos en lo que hacemos, sin rendirnos ante las dificultades o la falta de resultados inmediatos, alcanzaremos nuestros objetivos.

Pueden llegar momentos difíciles, por ejemplo, pérdidas, enfermedades o fracasos.

La paciencia nos permite pasar las dificultades de manera sobrenatural, sabiendo que estas son temporales y que, al final, hay una salida, como el ejemplo que encontramos en:

Santiago 5:10-11

10 hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.

 11 He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.

 

Oramos para no desmayar en lo que nos corresponde hacer, avanzando con paciencia, porque Dios es Fiel y su palabra se cumple 

Para finalizar vamos a

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

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