A medida que avanzan las generaciones, es eminente que todo se quiere de inmediato, por ejemplo: la comida, las respuestas y soluciones sin demora, Pero cuando hablamos de las relaciones interpersonales, por ejemplo: en el matrimonio, familia, amigos, compañeros de trabajo, en el cuerpo de Cristo etc, la paciencia es esencial.
Sin ella, cualquier relación profunda está destinada a fracturarse.
La paciencia no es simplemente “esperar”, sino esperar sin perder la calma.
La paciencia Es un fruto del Espíritu, el cual podemos disfrutar como resultado de nuestra relación personal con Dios.
Es decir, si estamos experimentando impaciencia, debemos revisar el tiempo dedicado a la relación personal con Dios, vamos a un ejemplo:
Un padre de familia le enseña a su hijo adolescente a ser disciplinado. El hijo se rebela, comete errores, y parece no escuchar. Es fácil ser impaciente, luego se pasa a los gritos, ofensas o el padre se rinde.
Pero un padre paciente sigue enseñando con amor, modelando con respeto y esperanza, esto es posible a la paciencia y sabiduría que le da Dios al padre de familia.
La paciencia no significa dejar pasar por alto las faltas e indisciplina, sin decir nada, sino corregir con mansedumbre, respeto y amor, reconociendo que todos estamos en proceso de transformación por Dios como lo dice en:
2 corintios 3:18
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor
Ahora veamos otro ejemplo, En una relación de pareja hay momentos de desacuerdo.
Quizá uno de los dos tiene problemas de comunicación o su carácter apenas está siendo moldeado por Dios. La paciencia aquí no es resignación, sino una muestra de amor al otro, porque todos estamos avanzando a la misma meta, esta es Llegara a la estatura de Cristo, reinar en vida.
Cuando en una relación de pareja, ambos disfrutan del fruto de la paciencia, se cultiva un ambiente seguro. donde ambos crecen, se trasforman y disfrutan del reino de Dios aquí en la tierra, para esto es necesario ser hacedor de lo que dice en:
Colosenses 3:12
Revestíos, pues, como escogidos de Dios… de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia
La paciencia no es debilidad, es fortaleza generada por Dios, para disfrutar de una vida sobrenatural, en medio de las diferentes situaciones que se presenta en las relaciones interpersonales
Para finalizar vamos a
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.