Cuando nos enfrentamos a momentos difíciles, la pregunta más común es:
“¿Por qué está sucediendo esto?”
Y no tenemos respuestas claras. Sin embargo, la palabra nos asegura que, aunque no comprendamos el panorama completo, Dios está en control de todas las cosas.
La soberanía de Dios significa que nada escapa de Su autoridad. Incluso cuando experimentamos sufrimiento.
En el momento de angustia, debemos confiar en que Dios no está desconectado de nuestras circunstancias.
A través de la oración no solo comunicamos nuestros deseos y angustias a Dios, sino que también abrimos nuestro corazón para recibir Su paz y dirección.
Cuando todo parece oscuro y sin salida, la oración nos conecta con el Dios Todopoderoso, quien tiene el poder de cambiar nuestras circunstancias o darnos la sabiduría para atravesarlas.
En Jeremías 33:3 dice
3 clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
La promesa no es que todas nuestras dificultades se disiparán de inmediato, sino que, en nuestra oración, Él nos revelará cosas grandes y ocultas que no podemos comprender por nuestra cuenta.
La oración nos da acceso a la sabiduría divina, que es más profunda que nuestra comprensión humana.
Nunca subestimes el orar, Dios escucha.
En Lucas 18:1 Jesús dijo la necesidad de orar siempre y no desmayar
Hay esperanza, avancemos por fe para ver los milagros en medio de la adversidad.,
Para finalizar vamos a
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.