El apóstol Pablo le escribe en la carta a las personas de Éfeso, los cuales eran gentiles, es decir, no judíos y ellos antes de que Jesús resucitara estaban excluidos, como dice en:
Efesios 2:11-12
Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Esto quiere decir, que Dios solo se relacionaba con el pueblo de Israel por medio de le ley, por esto el versículo hace énfasis que el resto de pueblos estaban sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Pero, esto cambio gracias a la sangre de Cristo, esto lo encontramos en:
Efesios 2:13
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Vamos a dividir el versículo,
primero veamos que dice:
“ahora en Cristo Jesús…”
Este “pero ahora” cambia todo.
Marca el antes y el después de los gentiles, es decir las personas que no pertenecen al pueblo de Israel.
Gracias a la obra redentora de Jesús, ya los gentiles no estamos lejos, no es que nos acercamos por mérito propio; fue Cristo quien vino a buscarnos, Jesús dijo “vine a buscar lo que se me había perdido
Regresando al versículo continúa diciendo;
“vosotros que en otro tiempo estabais lejos…”
Esta frase refleja una separación con Dios.
No se trata de distancia geográfica o cultural, sino espiritual, Recordemos los que dice en:
Efesios 2:12
sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel, ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Regresemos a efesios 2:13, Continúa diciendo el versículo:
“…habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.”
La sangre de Cristo es el medio por el cual somos reconciliados con Dios.
Y No es por una religión, obras, ritos, doctrinas de hombre o esfuerzo humano.
Repetimos, Es solo por la sangre de Jesús en la cruz.
Al ir a
Hebreos 10:19 dice: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo…”
La sangre no solo nos limpió, sino que nos reconcilio y nos acercó al Padre.
No importa nuestro pasado, nuestros errores… por Su sangre, hay acceso libre al Padre.
Bendecidos, fuimos llamados para vivir una relación personal intima con Dios.
Para finalizar Debemos animarnos unos a otros, para ser hacedores de lo que dice en:
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.