Vamos a la siguiente historia:
Una secretaria, un asesor legal y un socio de una gran empresa jurídica se dirigen a almorzar cuando encuentran una antigua lámpara de aceite.
La frotan y aparece un genio en una nube de humo.
Este dijo:
-Por lo general concedo sólo tres deseos, de modo que daré uno a cada uno de ustedes.
-¡A mí primero! -dijo la secretaria-. Quiero estar en Bahamas, conduciendo una lancha de motor, olvidada del mundo. Enseguida la mujer desapareció.
-¡Sigo yo! -exclamó el asesor legal-. Quiero estar en Hawai, relajándome en la playa con mi masajista personal, un suministro inagotable de piñas coladas y el amor de mi vida. Y también se esfumó.
-¡Tú eres el próximo! -indicó el genio al socio.
Este último dijo:
-Quiero a estos dos en la oficina, en cuanto termine el almuerzo.
Vamos a la palabra:
Eclesiastés 5:19
Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.
En el versículo dice: “goce de su trabajo”, en el día -día escuchamos todo lo contrario; las personas siempre desean escapar del trabajo, lo tienen como una carga y hasta llegan a verlo como un problema.
El versículo dice que es don de Dios gozar del trabajo, sentirnos bien, plenos en lo que hacemos.
Colosenses 3:23-24
23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Dios nos dio talentos para desarrollarlos y así disfrutar del reino de Dios aquí en la tierra,
Para finalizar recordemos lo que dice en:
Mateo 6:33
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.