En nuestra vida nos enfrentamos a circunstancias difíciles que nos abaten, y el entorno puede llegar
a generar más presión cuestionando la fe.
Esto lo vivió el rey David, vamos a Salmos 42:3
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días:
¿Dónde está tu Dios?
A David lo cuestionaron porque si él creía y
confiaba en alguien Todopoderoso, no debería de estar enfrentándose a este tipo de situaciones.
Pero David no dudaba del poder de Dios, al contrario,
al avanzar en Salmo 42:5 dice
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
David afirma su confianza en Dios,
y sabe que solo debe esperar para ver su poder,
ya que no hay nada difícil ni imposible para el Dios vivo.
Pedimos permanecer firmes en la fe en medio
de la dificultad y adversidad, perseverando
en la palabra porque su poder se manifiesta
y no nos deja avergonzar.
En el libro del profeta Jeremías dice en Jeremías 32:27
He aquí que yo soy Jehová,
Dios de toda carne;
¿habrá algo que sea difícil para mí?
El Dios vivo creador del universo y de lo que no vemos vive en cada uno de nosotros, con El avanzamos seguros porque el milagro sucede.
Para finalizar recordemos lo que dice en
Mateo 6:33
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.