En el Salmo 103:13 dice que Dios
se compadece de los que le temen.
La compasión se define como el
sentimiento de tristeza que produce
el ver padecer a alguien y que impulsa
a aliviar su dolor o sufrimiento,
a remediarlo o a evitarlo.
Teniendo en cuenta la definición de
compasión y lo que dice el salmo 103, vamos a la siguiente historia que está en Lucas 7:11-15
11 Aconteció después,
que él iba a la ciudad que se llama Naín,
e iban con él muchos de sus discípulos,
y una gran multitud.
12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad,
he aquí que llevaban a enterrar a un difunto,
hijo único de su madre, la cual era viuda;
y había con ella mucha gente de la ciudad.
13 Y cuando el Señor la vio,
se compadeció de ella, y le dijo: No llores.
14 Y acercándose, tocó el féretro;
y los que lo llevaban se detuvieron.
Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.
15 Entonces se incorporó el que había muerto,
y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.
Dios no cambia es el mismo, Dios se
compadece de su pueblo. Así como
vio el sufrimiento y la situación que
le esperaba a la viuda por la partida de su único hijo, igual hoy Dios ve la situación de cada uno de nosotros haciendo el milagro, lo imposible sucede.
Recuerda la historia el hijo estaba muerto, humanamente era imposible una solución
a la situación que estaba presente,
pero para Dios no hay nada imposible
y el milagro sucedió.
Hoy suceden milagros en nuestras
vidas porque Dios se compadece de los que le temen, para su gloria, hay esperanza
Para finalizar vamos a leer la siguiente
promesa para nuestras vidas:
Efesios 3:20
20 Y a Aquel que es poderoso para
hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.