Vamos a leer la historia de una mujer que tenía
una enfermedad incurable, la encontramos en:
Lucas 8:43-48
43 Pero una mujer que padecía de flujo
de sangre desde hacía doce años,
y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,
44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.
45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el
que me ha tocado? Y negando todos,
dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro,
la multitud te aprieta y oprime, y dices:
¿Quién es el que me ha tocado?
46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado;
porque yo he conocido que ha salido poder de mí.
47 Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando,
y postrándose a sus pies, le declaró
delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada.
48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
La mujer fue sanada por el poder de Dios.
Hay esperanza, no importa la dolencia o el diagnostico, vamos a ver el milagro
para la gloria de Dios.
En Isaías 53:4-5 está la profecía de la victoria
de Cristo sobre la enfermedad, dice:
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades,
y sufrió nuestros dolores; y nosotros
le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él,
y por su llaga fuimos nosotros curados.
Es por fe, es decir, solo debemos creer en
lo que hizo Cristo al tomar cuerpo, dice
claramente que se llevo nuestras enfermedades
y por su llaga fuimos curados.
Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para tu vida en
Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros