Jesús terminaba sus parábolas diciendo
“el que tenga oídos, que oiga” y no se refería a las palabra audibles de Jesús,
sino el poder entender el mensaje.
Sobre este tema de poder oír la palabra de Dios
en los salmos encontramos una advertencia ,
vamos a Salmos 95:7-8
…Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestro corazón
El versículo nos dice que si Dios nos ha revelado su palabra, no debemos endurecer nuestro corazón,
por ejemplo, al leer Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Entendemos que debemos perdonar,
pero para poder hacerlo el fruto de la benignidad y la mansedumbre de manifestarse, es decir,
solo al vivir en fe, lograremos aplicar
este versículo en nuestras vidas.
Oramos para que al oír la palabra de Dios nos movamos por fe para obedecerla y disfrutar de las promesas de Dios aquí en la tierra.
Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para nuestra vida en Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros