Reconocer que Dios es Soberano y Todopoderoso genera seguridad, tranquilidad y guarda
de caer en la soberbia y altivez.
El rey David cuando termino de recoger todo lo necesario para la construcción del templo, le habla al pueblo de Israel sobre Dios,
vamos a 1 Crónicas 29:10-14
Asimismo se alegró mucho el rey David,
y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro Padre, desde el siglo y hasta el siglo.
El rey David inicia alabando a Dios y
lo reconoce como Padre, al decir “desde el siglo y hasta el siglo” se refiere a que es nuestro Padre en esta creación natural que es pasajera y también
en la nueva creación que va a ser eterna.
Versículo 11 dice Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová,
es el reino, y tú eres excelso sobre todos.
Aquí el rey David le dice al pueblo que Dios
es dueño de Todo y está por encima de todo,
es el Todopoderoso.
12 Las riquezas y la gloria proceden de ti,
y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza
y el poder, y en tu mano el hacer grande
y el dar poder a todos.
Ahora David enfatiza al pueblo que las
riquezas y gloria las genera Dios,
porque es el dueño de Todo.
Ahora pues, Dios nuestro, nosotros
alabamos y loamos tu glorioso nombre.
Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo
recibido de tu mano te damos.
El rey David anima al pueblo a que alabe a Dios
porque todo lo que tienen ha sido dado por Dios.
En el reino de Dios está el principio de dar con amor, oramos para ver claramente que apartamos y damos porque Dios nos dio y de lo recibido damos.
Dios siempre da, nada impide que su provisión
llegue a sus escogidos para suplir las necesidades,
es independiente de las circunstancias .
Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para nuestra vida en 1 Juan 5:14-15
Y esta es la confianza que tenemos en él,
que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
Y si sabemos que él nos oye en cualquiera
cosa que pidamos, sabemos que tenemos
las peticiones que le hayamos hecho.