En gálatas 5:22 dice que la paciencia es un fruto
del Espíritu, es decir, es el resultado
de la relación personal con Dios.
Todos los escogidos de Dios tenemos paciencia porque su presencia esta en cada uno de nosotros.
La paciencia es el fruto que nos permite
estar tranquilos, no perder la calma
en los tiempos de espera.
En Romanos 5:3 y Santiago 1:2 dice que
las tribulaciones y las diversas
pruebas producen paciencia.
Para enfrentar las tribulaciones y las diversas pruebas tenemos que ser pacientes, sin embargo,
es importante aclarar que no es necesario llegar
a vivir dichos momentos para ser pacientes y experimentar el gozo de Dios.
¿Qué es lo que produce la paciencia?
La respuesta la encontramos en Santiago 1:2-3
Hermanos míos, tened por sumo gozo
cuando os halléis en diversas pruebas,
sabiendo que la prueba de
vuestra fe produce paciencia.
La prueba de la fe produce paciencia, en medio de la tribulaciones y las diversa pruebas la persona está convencida de las promesas de Dios, es decir,
que su palabra se cumple.
Ahora vamos a Romanos 5:1-3
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz
para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también
tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en
la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto,
sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
Al estar fortalecidos en la fe también
aparecerá el fruto de la paciencia,
por esta razón en Hebreos 6:15 dice que Abraham espero con paciencia para obtener la promesa, de acuerdo a lo anterior esta implícito que Abraham disfruto de la fe y esto lo dice en Hebreos 6:12
a fin de que no os hagáis perezosos,
sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
Es vital en nuestra vida leer la palabra, porque la fe es por el oír y el oír la palabra de Dios, al estar fortalecidos en la fe aparecerá la paciencia en las diversas pruebas.
Para finalizar vamos a 1 Juan 5:14
Y esta es la confianza que tenemos en él,
que si pedimos alguna cosa conforme
a su voluntad, él nos oye.