Lucas 12:15
Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Vamos a una historia para ilustrar el mensaje:
Un Hombre sabio que era andariego se encontró, en uno de sus viajes, una piedra preciosa, y la guardó en su talega. Un día se encontró con un viajero y, al abrir su talega para compartir con él sus provisiones,
el viajero vio la joya y se la pidió.
El Hombre sabio se la dio sin más.
El viajero le dio las gracias y marchó lleno de
gozo con aquel regalo inesperado de la piedra preciosa que bastaría para darle riqueza
y seguridad todo el resto de sus días.
Sin embargo, pocos días después volvió
en busca del hombre sabio, lo encontró,
le devolvió la joya y le suplicó:
“Ahora te ruego que me des algo de
mucho más valor que esta joya… Dame, por favor,
lo que te permitió dármela a mí”.
Al hombre sabio le había sido revelado el evangelio de la gracia de Dios y estaba libre de avaricia,
es decir, su confianza estaba solo en el Dios Vivo.
Para finalizar vamos a 1 Juan 5:14-15
Y esta es la confianza que tenemos en él,
que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho