Recordemos que adorar es
Rendir culto a la persona o cosa que se considera divina . La acción de adorar es fácilmente reconocible ya que se suele manifestar a través de actos o de gestos en los que quien adora demuestra su total sumisión a aquel que adora.
La segunda historia es sobre Pablo y Bernabé, esta la encontramos en el libro de Hechos capitulo 14.
Dios por medio de Pablo hace un milagro,
hizo que un hombre cojo de nacimiento, que jamás había caminado se levantará
sobre sus pies y caminara.
Vamos a ver la reacción de la gente al ver
el milagro en Hechos 14:11-13
11 Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica:
Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros.
12 Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque este era el que llevaba la palabra.
13 Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la
muchedumbre quería ofrecer sacrificios.
Los consideraron dioses y por esta razón querían ofrecerles sacrificios, es decir, adorarlos
A continuación leamos Pablo que les dice en Hechos 14:14-15
14 Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé
y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron
entre la multitud, dando voces
15 y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.
Pablo y Bernabé no aceptan la adoración y enfatizan que son iguales a ellos.Seguido les dice que solo deben adorar al Dios Vivo creador de todo.
Hechos 19:11
11 Y hacía Dios milagros extraordinarios
por mano de Pablo,
La palabra dice que todos somos colaboradores de Dios con diferentes funciones y dones, pero quien lo hace todo es Dios, para que la gloria sea solo para Él.
Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para nuestra vida en Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros