Vamos a leerlo
El sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura de labios aumenta el saber”
Este versículo nos habla sobre cómo la sabiduría se manifiesta en nuestro carácter y en las palabras que usamos.
El sabio de corazón es llamado prudente.
La sabiduría no es solo un conocimiento intelectual, sino que debe ser visible en cómo vivimos y tomamos decisiones.
En este versículo, la sabiduría se conecta con la prudencia.
La prudencia es la capacidad de tomar decisiones correctas en el momento adecuado, basadas en una comprensión de la palabra de Dios.
El “sabio de corazón” es aquel a quien Dios le ha revelado su palabra, No se trata solo de conocer, sino ser hacedor de esta.
Un ejemplo es Salomón, quien, al ser joven, pidió sabiduría a Dios.
Y le concedió un corazón sabio y prudente, capaz de discernir lo bueno de lo malo.
Este tipo de sabiduría nos lleva a actuar con discernimiento y a tomar decisiones justas que no solo benefician nuestra vida, sino que reflejan el carácter de Cristo en nosotros.
La prudencia es una manifestación de la sabiduría.
Es la capacidad de anticipar las consecuencias de nuestras acciones antes de actuar.
Un sabio prudente no se precipita, sino que reflexiona antes de hablar o actuar.
La prudencia nos protege de tomar decisiones impulsivas.
Al continuar en el versículo dice “la dulzura de labios” ,no se refiere a un habla suave por conveniencia, sino a un hablar lleno de gracia, verdad y amor.
Las palabras que salen de nuestros labios son una manifestación del estado de nuestro corazón.
La “dulzura de labios” es opuesto a las palabras hirientes, a las críticas destructivas, y a los comentarios egoístas.
Es todo lo contrario ,La palabra nos revela en
Colosenses 4:6
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Además lo que hablamos ,debe edificar a los que nos escuchan.
Las palabras amables sanan, restaurar y edifican.
Las palabras amables no solo ayudan a fortalecer relaciones, sino que aumentan el saber.
La sabiduría no solo se transmite a través de los argumentos racionales, sino también a través de cómo hablamos a los demás.
Las palabras amables pueden abrir corazones y crear un ambiente donde las personas estén dispuestas a aprender y a ser enseñadas.
El sabio no solo es el que conoce mucho, sino el que sabe cómo hablar con gracia, respeto y empatía.
Preguntémonos
¿Qué palabra estamos usando ?
¿Son palabras que construyen o destruyen?
La sabiduría en el corazón produce una prudencia que se manifiesta en las decisiones y en las palabras que usamos.
Para finalizar estamos siendo hacedores de :
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.