ATENTOS A 2 CORINTIOS 4:5

Vamos a leerlo

2 Corintios 4:5,

Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor…

La palaba dice que somos colaboradores de Dios unos siembran y otros riegan la palabra, para que esta corra y sea glorificada

 No se trata de nuestra fama, logros y menos nuestras opiniones.

Nuestra tarea es predicar a Jesucristo el Señor, porque es el fundamento de la vida.

Pablo deja claro en este versículo, que la predicación del evangelio no tiene como propósito la exalta­ción personal.

 La meta no es ganar seguidores para uno mismo, ni buscar reconocimiento.

Predicar a Jesucristo como Señor. implica reconocer su autoridad suprema sobre todas las áreas de nuestra vida y en el mundo.

Jesucristo no es solo el Salvador, sino el Rey soberano que gobierna nuestras vidas.

A través de Él, encontramos propósito, dirección y poder para vivir de acuerdo a su voluntad.

Cuando predicamos a Cristo, estamos proclamando su Señorío sobre todas las cosas.

 En nuestra vida diaria, esto significa someter nuestra voluntad a Su voluntad.

 Predicar a Cristo como Señor es vivir bajo su Señorío, reflejando su carácter en todo lo que hacemos.

Pablo también toca este tema en:

1 Corintios 3:5-9

¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.

 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.

 Y el que planta y el que riega son una misma cosa 

En estos versículos Pablo aclara que la gloria es para Dios, porque es él quien da el crecimiento. 

Para finalizar vamos a

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *