Un joven pescador cuenta una lección
que aprendió de un pescador anciano.
El hombre acababa de pescar algunos
cangrejos y los había puesto en una caja.
–¿Y los deja en una caja abierta?
–preguntó el joven pescador-.
¿No se le escaparán?
–No –respondió el hombre anciano.
–Pero mire cómo se esfuerzan por ser libres.
El pescador sacudió la cabeza y sonrió.
–Hace mucho tiempo aprendí que cuando en un cubo hay al menos dos cangrejos, mientras uno intenta trepar al borde, el otro tira de él hacia abajo.
Esta historia ilustra lo que sucede en las
relaciones a lo largo de la vida,
cuando nos encontramos con personas
que intentan evitar que avancemos,
ya sea con comentarios o acciones.
Una de las razones de este comportamiento es generada por la envidia, vamos a:
Eclesiastés 4:4
4 He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia
del hombre contra su prójimo.
La palabra dice que Dios nos cuida,
no permite que seamos avergonzados, todo lo contrario nos coloca por cabeza por su poder.
Así que nuestro comportamiento debe ser
como dice en 1 Corintios 10:24
24 Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
Así que avanzamos con un alma limpia
porque Dios es tu guardador .
Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para tu vida en
Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros