Primero vamos a compartir un estudio sobre los beneficios de dar gracias en todo:
“Varios estudios han demostrado que la gratitud puede tener muchos beneficios para tu salud física y psicológica. Su efecto es tan grande que es muy importante dedicar aunque sea algunos minutos al día para apreciar lo que tenemos.
Por ejemplo, diversos estudios de la Universidad de California descubrieron que desarrollar el acto psicológico de la gratitud cambia la estructura molecular del cerebro.
Cuando te sientes agradecido, activas las áreas de tu cerebro encargadas del pensamiento moral. Esto también activa los centros emocionales y sistemas de recompensa del cerebro, pero principalmente la corteza prefrontal. Esta parte del cerebro está involucrada en el comportamiento cognitivo complejo. También participa en el proceso de toma de decisiones, el comportamiento social y la expresión de la personalidad. Otra parte del cerebro que se activa es el cortex del cíngulo anterior, que es el área responsable de las emociones y la empatía.
¿Cómo se comprobó esto? Los equipos de investigadores sometieron a varias personas a
diversas pruebas, que implicaron expresar
gratitud por varias semanas.
El patrón de activación cerebral mencionado anteriormente se reflejó en un aumento de los niveles de bienestar de los participantes: las personas indicaron sentirse con menos problemas de salud en general y se calificaron a sí mismos con tasas más bajas de ansiedad y depresión. Además, afirmaron tener niveles de productividad más altos al sentirse renovados por tener un mejor sueño por las noches.”
Ahora vamos a la palabra, 1 Tesalonicense 5:18
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
La voluntad de Dios es que demos gracias en todo, primero porque reconocemos la soberanía de Dios sobre la creación y segundo el bienestar que genera en el cuerpo al obedecer por fe la palabra de Dios.
Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para nuestra vida en Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros