¿DAMOS CON TRISTEZA O POR NECESIDAD?

En 2 Corintios 9:7, dice:

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

Oramos para que Dios nos revele que dar el diezmo no debe ser una obligación o una carga, sino un acto de reconocimiento de que Él es nuestro proveedor y dueño de todo.

En este versículo encontramos dos expresiones clave:

  1. No debemos dar con tristeza.
  2. No debemos dar por necesidad.

Estas son motivaciones incorrectas al dar, y es importante reflexionar sobre cada una de ellas.

Primero, veamos el dar con tristeza

Esta acción refleja una actitud de pesar o arrepentimiento. Es decir, cuando damos el diezmo con una sensación de pérdida, como si estuviéramos sacrificando algo que preferiríamos guardar para nosotros mismos.

La tristeza al dar muestra una falta de confianza en que Dios provee para todas nuestras necesidades.

En Mateo 6:31-33, Jesús nos recuerda que no debemos preocuparnos por lo que comeremos o vestiremos, porque nuestro Padre celestial sabe de qué tenemos necesidad.

Cuando damos con tristeza, estamos manifestando que, en el fondo, no confiamos plenamente en que Dios cuidará de nosotros y suplirá nuestras necesidades.

Ahora veamos el dar por necesidad

Esto se refiere a los momentos en que sentimos que debemos dar debido a una presión externa o por un sentido de obligación.

 Tal vez sea por cumplir con la costumbre de dar el diezmo simplemente porque “es lo que se espera”.

Sin embargo, debemos recordar lo que dice el Salmo 24:1

Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella.

Oramos para que Dios nos revele que Él es el dueño de todo, y que nosotros somos administradores de los recursos que Él nos confía.

Cuando comprendemos esto claramente, nace en nosotros el deseo de dar con alegría, reconociendo que Dios es nuestro proveedor y dueño de todo lo que poseemos.

Deja en los comentarios qué temas te gustaría que tratemos en este espacio.

Para finalizar, tengamos presente lo que nos dice

1 Corintios 13:13

Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”

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