Vamos a ver dos definiciones de desfallecer
La primera dice” Quedar sin fuerza o energía
física y estar a punto de desmayarse”, y la segunda “Perder la fuerza moral o el ánimo.”
Para recuperarnos físicamente basta con
descansar y alimentarnos bien, pero ¿cómo recuperamos nuestro ánimo?
Al enfrentamos el día – día en nuestra capacidad
nos vamos debilitando poco a poco, recordemos
que en lo natural siempre hay un límite, así que podemos llegar a sentir que ya no podemos más.
Dios es nuestro ayudador, no debemos
enfrentarnos solos, vamos a Salmos 18:1-2
Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación,
mi alto refugio.
Nuestra fortaleza proviene de Dios por medio
de su palabra que inunda nuestra alma.
Su palabra es viva y eficaz.
La palabra dice en Efesios 6:10
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos
en el Señor, y en el poder de su fuerza.
La manera de fortalecernos en el Señor es
por medio de la relación personal cada día.
Pablo Exclamó todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Contamos con la fuerza del Dios vivo
que le da vida a nuestra alma para avanzar en medio de la adversidad para ver los milagros
por medio del poder de Dios.
Para finalizar vamos a
1 Juan 5:14-15
Y esta es la confianza que tenemos en él,
que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.Y si sabemos que él nos
oye en cualquiera cosa que pidamos,
sabemos que tenemos
las peticiones que le hayamos hecho