DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE

La palabra nos insta a despojarnos del “viejo hombre”, una metáfora que representa nuestra vida antes de conocer a Cristo, esto lo encontramos en:

Efesios 4:22-24

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

El versículo dice que la antigua naturaleza está

 “viciada conforme a los deseos engañosos”.

Pero, ¿qué significa esto?

  1. El viejo hombre está corrompido por el pecado. Nuestros deseos naturales, sin la guía de Dios, nos llevan por caminos que parecen correctos, pero son engañosos y terminan destruyéndonos. : La avaricia, la lujuria, la envidia ,los celos y el orgullo son ejemplos de estos deseos engañosos.
  2. Estos deseos son engañosos porque prometen satisfacción y felicidad, pero al final nos dejan vacíos y destruidos.

Nos tientan con placeres temporales y falsos ídolos, desviando nuestro foco del verdadero propósito y la verdadera paz que solo Dios puede ofrecer.

Pablo nos llama a una transformación interior: “renovaos en el espíritu de vuestra mente”. Este es un proceso continuo y profundo que hace la palabra de Dios en nosotros, cambiando nuestra manera de pensar y percibir la vida.

La renovación comienza en el corazón y la mente. Es una obra de Jesucristo el Señor, quien nos revela a la verdad.

La lectura de la palabra, la oración, el estudio bíblico y congregarnos son esenciales en este proceso.

La mente renovada piensa de acuerdo a la voluntad de Dios.

Finalmente, Pablo nos exhorta a

“vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.

 Este nuevo hombre no es simplemente una mejor versión de nosotros mismos; es una nueva creación en Cristo.

Este nuevo hombre es creado “en la verdad”. Jesús dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” Por lo tanto, nuestra nueva identidad en Cristo está arraigada en la verdad del Evangelio, que nos libera y nos da una nueva dirección y propósito.

Esto no es algo que podamos hacer por nuestras propias fuerzas. Necesitamos la gracia de Dios, vamos a leer lo que Dios le dijo a Pablo en:

2 Corintios 12:9

Y me ha dicho: Bástate de mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Oremos unos por otros para llegar a ser nuevos en Cristo.

Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13

“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”

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