En los momentos de incertidumbre y tribulación,
que se presentan en la vida, el Salmo 119:114
nos da esperanza y fortaleza, vamos a leerlo
Tú eres mi escondedero y mi escudo;
en tu palabra he esperado
En la vida, nos enfrentamos a situaciones
que parecen insuperables.
Sin embargo, este versículo nos revela
que no estamos solos.
Dios se presenta como nuestro escondedero,
un lugar seguro donde podemos refugiarnos del embate de las adversidades.
Es en su presencia donde encontramos consuelo y seguridad, incluso cuando todo a nuestro alrededor parece desmoronarse.
El rey David finaliza el versículo diciendo:
“En tu palabra he esperado”
La palabra de Dios es una fuente inagotable de consuelo, orientación y promesas para nuestra vida.
En medio de la oscuridad, creer en la Palabra de Dios es como encender una luz que disipa las
sombras de la incertidumbre.
En el versículo también encontramos La imagen de Dios como nuestro escudo, evoca la idea de protección y defensa.
En la adversidad, el Señor se
convierte en nuestra defensa.
Este escudo no es simplemente una barrera;
es la manifestación del amor divino que
nos envuelve y nos protege.
El Salmo 119:114 nos revela que nuestra esperanza debe estar en la palabra de Dios.
Al confiar en Su fidelidad y Sus promesas, encontramos seguridad en medio de la incertidumbre.
Esta esperanza no es efímera ni ilusoria; es un ancla sólida que sujeta nuestra alma
en medio de la adversidad.
En cada desafío que se presenta, Dios es nuestro refugio, nuestra fortaleza y nuestro pronto auxilio, como dice en el Salmo 46:1
Familia el milagro sucede.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor