En la Biblia encontramos que desde el libro de Génesis hasta los libros del nuevo pacto lo siguiente:
“Dios es quien llama al hombre”.
La doctrina de hombre dice todo lo contrario:
1. El hombre busca a Dios.
2. Las personas deciden seguirle.
Pero cuando vamos a la Biblia
encontramos que Dios llamo a Noé
Génesis 613:
13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.
Avanzado en el mismo libro
de Génesis encontramos a Abraham, vamos a Génesis 12:1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
y Al avanzar en la Biblia encontramos que Dios
llamo a Moisés, Jonás, Saúl, David, Eliseo, etc.
Ninguno de estos hombres buscaron a Dios.
Cristo tomo cuerpo, es decir, Jesús. Jesús llamo a sus Apóstoles, vamos a Juan 15;16 Ustedes no fueron
los que me eligieron a mí, sino que fui yo
quien los eligió a ustedes.
Es decir que Pedro, Juan, Santiago, Felipe, Mateo no escogieron ,ni buscaron a Jesús, todo lo contrario cada uno fue llamado por Jesús.
Llegamos al libro de los hechos del nuevo pacto de Gracia y encontramos a Saulo de Tarso.
Dios llama a Saulo de Tarso que luego se llama Pablo y este reconoce que Dios es quien lo llamo ,vamos a:
Gálatas 1:15 Pero cuando agradó a Dios,
que me apartó desde el vientre de mi madre,
y me llamó por su gracia,
En este versículo Pablo enfatiza que fue
llamado por Dios y esto sucedió en el tiempo marcado
por él en su soberanía.
Dios no cambia, siempre es el mismo.
Dios nos llama por su gracia, alumbrando
nuestra mente para renovar nuestra
manera de pensar para vivir por fe.
Luego de ser llamados por Dios debemos iniciar la relación personal con él, debe incluir diariamente la siguientes acciones:
1.Orar
2.Leer la palabra
Siempre debemos perseverar en estas acciones
Déjanos en los comentarios que temas deseas que tratemos en este espacio de la meditación diaria.
Para finalizar vamos a 1 Juan 5:14-15
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho