EL DIEZMO ES UN ACTO DE FE Y GRATITUD

Familia de la fe, AL diezmar está implícito la confianza en Dios y la gratitud por Su provisión.

Dar el diezmo se remonta antes de la ley de Moisés. El primer ejemplo lo encontramos en Abraham, el padre de la fe, en:

Génesis 14:19-20
Y lo bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.

Abraham no fue obligado. Él dio los diezmos por gratitud, por reconocer que la victoria y la provisión venían de Dios.

 El diezmo es un reconocimiento de que todo lo que tenemos proviene de Él, como lo dice en: 

Deuteronomio 8:18

Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas.

En este versículo encontramos una advertencia de no olvidar al que nos da el poder de hacer las riquezas, es decir al Dios vivo.

Oramos para no olvidar quién es la fuente de toda bendición.

El versículo dice

 “Sino acuérdate de Jehová tu Dios”

El contexto de Deuteronomio 8 es importante. Moisés está hablando al pueblo de Israel, que está a punto de entrar a la Tierra Prometida.

Después de años en el desierto, iban a entrar en una tierra fértil, llena de abundancia. Pero con la prosperidad venía un peligro: el olvido.

Olvidarse de Dios no es algo que ocurre de golpe. Es algo que sucede poco a poco, cuando empezamos a pensar que lo que tenemos es por nuestro esfuerzo, inteligencia o suerte.

 En nuestra vida diaria, también enfrentamos ese riesgo. Cuando todo va bien, tendemos a dejar de orar, a depender menos de Dios, a pensar que lo logramos por nuestras propias fuerzas.

 Pero Dios nos dice: “¡No te olvides de mí!”.

Continúa diciendo el versículo: “Porque Él te da el poder para hacer las riquezas” –

Este es uno de los versículos más profundos sobre las finanzas.

 Dios no dice simplemente que nos da las riquezas, sino que nos da el poder para hacerlas.

Esto implica que la habilidad, el esfuerzo, la salud, la sabiduría, las oportunidades, los contactos, la creatividad, todo lo que usamos para producir o generar ingresos, viene de Dios, por esto dice en:

 1 Corintios 4:7
¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?

Cada vez que nos levantamos con fuerzas para trabajar, cuando se abre una puerta de negocio, cuando llega una idea o una oportunidad, es Dios quien nos la ha dado.

Él nos equipa con el poder necesario. No somos autosuficientes; somos dependientes de su gracia.

Esto genera humildad y gratitud.

Humildad, para no jactarnos de nuestras capacidades. Gratitud, para reconocer que todo lo que tenemos es gracias a Dios.

Aun cuando trabajemos duro y eso debemos hacerlo, es Dios quien sostiene nuestra capacidad para hacerlo.

La palabra advierte de no caer en la avaricia y el olvido de Dios.

Muchos se pierden de disfrutar del reino de Dios aquí en la tierra, porque, al tener abundancia, creen que ya no necesitan a Dios. Se olvidan de orar, leer la palabra cada día y de congregarse

Todo lo que tenemos, lo que sabemos, lo que podemos hacer, viene de Dios. Él es nuestra fuente.

Oramos para que Dios alumbre nuestro entendimiento y revele su palabra para dar con amor.

Para finalizar vamos a

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

 

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