La palabra evangelio significa buenas nuevas y en el libro de los Romanos lo identifica que es poder de Dios, esto lo encontramos en
Romanos 1:16
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío, primeramente, y también al griego.
El evangelio no es solo un mensaje, es el poder de Dios manifestado para traer salvación y transformación.
Por medio del evangelio, Dios interviene en la historia humana, redimiendo a los pecadores y reconciliando al mundo consigo mismo.
El pecado ha separado a la humanidad de Dios, y todos están destituidos de la gloria de Dios como dice en Romanos 3:23.
Sin embargo, el evangelio es la respuesta divina a esta necesidad.
Es el medio por el cual Dios restaura la relación rota entre Él y la humanidad.
La palabra “poder” en este contexto proviene del griego “dynamis”, que implica una fuerza activa y dinámica.
Este poder es lo que transforma la vida de las personas.
Veamos tres Ejemplos de trasformación de vida:
1.- El evangelio cambió radicalmente la vida de Pablo, un perseguidor de la iglesia, en un apóstol apasionado, esto lo encontramos en Hechos 9.
2.-Pedro, un pescador impulsivo, se convirtió en un líder valiente de la iglesia primitiva, como lo vemos en Hechos 4
3.-La mujer samaritana, una marginada social, se transformó en una testigo ferviente de Cristo, como dice en Juan 4
El poder de Dios es el mismo, surge la siguiente pregunta
¿mi vida ha cambiado por el evangelio?
El poder del evangelio no es solo algo que leemos en la Biblia, sino algo que experimentamos personalmente.
Cada uno de nosotros estamos llamados a ser un canal del poder de Dios al proclamar el evangelio.
Nos da poder para vencer las tentaciones, para amar a los demás y para vivir en obediencia a Dios.
El evangelio es la fuente continua de fuerza para cada aspecto de la vida cristiana.
La palabra dice que no debemos avergonzarnos del evangelio, sino a proclamarlo con valentía, sabiendo que es el poder de Dios para vivir en victoria.
Oramos para vivir en el poder del evangelio y compartirlo con familia y amigos, mostrando el poder transformador de Dios en nuestras vidas.
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor