Vamos a la parábola que encontramos en:
Lucas 11:21-22
Cuando el hombre fuerte guarda su palacio, en paz está todo lo que posee; pero cuando sobreviene uno más fuerte que él, lo vence, y le quita las armas en que confiaba, y reparte el despojo.
En estos versículos Jesús nos presenta la figura de un “hombre fuerte” que guarda su palacio.
Este hombre fuerte representa a Satanás, pero Jesús, se refiere a Sí mismo como “uno más fuerte”.
La victoria de Jesús sobre satanás, demonios, el pecado, la muerte, la enfermedad, no es solo un hecho histórico, sino una realidad que es a nuestro favor.
Jesús venció y nos hizo más que vencedores, la palabra dice que nos dio poder, amor y dominio propio para vivir en victoria.
En este versículo Jesús se presenta como “uno más fuerte”, nos está mostrando que Él es el Rey, que vino a trasladarnos a su renio de luz.
Jesús venció al morir y resucitar.
A través de Su sacrificio en la cruz, Jesús despojó a las fuerzas del mal de su poder sobre nosotros, brindándonos perdón, sanidad, libertad y vida eterna, vamos a:
Colosenses 2:15 dice
Despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Este versículo nos revela que la victoria de Jesús no fue solo sobre la muerte, sino también sobre la potestad de las tinieblas.
Jesús venció y por medio de Su resurrección, nos dio una victoria completa sobre el mal.
Romanos 8:37 dice
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Esto significa que somos capacitados para vivir una vida victoriosa.
La victoria de Jesús la podemos experimentar ahora mismo, en nuestra vida cotidiana.
Recuerda, el hombre fuerte ha sido vencido, y tú ahora puedes vivir en la victoria que Cristo te ha dado.
Para finalizar vamos a
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.