Vamos a
1 corintios 1:26-29
Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.
En el versículo enfatiza que el llamado de Dios no se basa en los estándares naturales.
Dios no ha llamado a muchos sabios, poderosos o nobles según los criterios humanos.
Al contrario, Él ha elegido lo que el mundo considera “necio”, “débil”, “vil” y “menospreciado” para mostrar Su poder y sabiduría.
Este es un llamado a la humildad, a la gratitud y, sobre todo, a la adoración del Dios que escoge lo débil para hacer grandes cosas.
Vamos a dividir el versículo en:
- El Llamado de Dios No Está Basado en los Méritos Humanos
- La Sabiduría y el Poder de Dios Se Manifiestan a Través de lo Insignificante
- El Propósito de Dios: Que Ninguno Se Jacte Ante Él
Vamos al
- El Llamado de Dios No Está Basado en los Méritos Humanos
Pablo comienza en el versículo 26 recordando a los corintios que
“no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles”.
Aquí, el apóstol hace un llamado a la reflexión. Si alguien piensa que el llamado de Dios depende de su estatus, sabiduría o poder, está equivocado.
En lugar de elegir a los sabios, a los poderosos o a los ricos, Dios ha elegido a personas comunes, sencillas, y a veces hasta marginadas, para llevar a cabo Sus grandes propósitos.
Este principio es evidente a lo largo de toda la Biblia.
Cuando Dios llamó a Moisés, lo hizo un hombre que era prófugo y se sentía incapaz, con dudas sobre su habilidad para liderar al pueblo de Israel.
Cuando eligió a David, no miró a sus hermanos mayores, que eran más altos y más fuertes, sino a un joven pastor que estaba en el campo, olvidado por su propia familia, esto lo dice en 1 Samuel 16:7.
Oramos para que Dios nos revele que no necesita nuestra habilidad o nuestros méritos humanos.
Él no nos llama por lo que somos, sino por lo que Él puede hacer a través de nosotros.
Mañana Dios mediante continuaremos con este tema
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor