Familia hay esperanza, la palabra actúa en los creyentes,
Oramos para que Dios revele su palabra, de esta forma nuestra manera de pensar cambia y poder ser hacedores, por ejemplo, lo que dice en:
Colosenses 3:12-13
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros, si alguno tuviera queja contra otro; de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
la gracia de Dios nos llama a ser pacientes y comprensivos con los demás, esto es posible gracias a la relación personal con Dios, para que se nuestra alma sea inundada del fruto del Espíritu.
En nuestros hogares, es fácil caer en la tentación de reaccionar impulsivamente cuando alguien nos hiere o nos incomoda. Sin embargo, la gracia nos llama a mostrar misericordia y paciencia, con los miembros de nuestra familia.
Cuando reconocemos que Dios nos ha perdonado , debemos perdonar y ser pacientes con los demás. En lugar de levantar la voz o tratar mal a los que nos rodean, debemos dar espacio para la comprensión.
La palabra dice en Efesios 4:32
Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Las relaciones familiares no están exentas de desacuerdos y muchas veces, cuando nos sentimos heridos, reaccionamos con ira o resentimiento.
Sin embargo, la gracia de Dios nos llama a perdonar, a dejar la amargura y a restaurar nuestras relaciones.
Si Cristo perdonó nuestras ofensas, nosotros también debemos perdonar a los demás. Esto no significa que debemos tolerar el abuso o el maltrato, sino que debemos perdonar y orar para restaurar lo que se ha roto.
A propósito, debemos hacer lo que dice en
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.
Y debemos incluir las relaciones familiares en las peticiones diarias