Ayer identificamos que los que pertenecen a Israel natural, es por genealogía.
Pero Dios le revela a Pablo que, en el nuevo pacto de Gracia, esto cambio, vamos a leer:
Romanos 9:6-8
6 No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas,
7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.
8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.
A Pablo le es revelado que el verdadero pueblo de Dios no es por genealogía, sino aquellos que son hijos de la promesa.
Porque el pueblo de Israel en el nuevo pacto de Gracia lo conforman todos los espíritus escogidos desde antes de la fundación del mundo, sin importar el color de piel, nación o tradiciones, esto lo dice en:
Gálatas 3:28-29
28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
En el nuevo pacto de Gracia las barreras sociales y tradiciones desaparecen.
La promesa hecha a Abraham se cumple en todos los espíritus escogidos desde antes de la fundación del mundo.
El libro de hebreos dice que todos los espíritus escogidos son la Jerusalén Celestial, esto lo encontramos en:
Hebreos 12:22-24
22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto,
El versículo 22 dice
“la Jerusalén celestial”, es decir la que
está conformada por todos los espíritus justos hechos perfectos, que son todos los escogidos por Dios desde antes de la fundación del mundo, como dice en efesios 1:3-5
La esperanza eterna para el pueblo de Dios la encontramos en:
Apocalipsis 21:1-3
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
La nueva Jerusalén son todos los escogidos de Dios desde antes de la fundación del mundo
El pueblo de Israel natural, es el símbolo del pueblo de Dios espiritual, que lo identifica la palabra en:
1 Pedro 2:9
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
El pueblo de Dios ya no es por genealogía o una nación específica, sino todos los espíritus escogidos desde antes de la fundación del mundo, sin importar nación o color de piel..
Los escogidos estamos Predestinados para estar en la nueva creación eternamente con Dios.
La casa de Israel que hace referencia en Jeremías 31:33, son todos los espíritus escogidos desde antes de la fundación del mundo, que se encuentran en todas las naciones de la tierra de generación en generación.
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor