La promesa contenida en Gálatas 6:9 es:
si no desmayamos, cosecharemos.
Dios es fiel y no es indiferente a nuestros esfuerzos
Cuando sembramos con fe, aunque no veamos los frutos de inmediato, podemos confiar en que la cosecha llegará en el tiempo adecuado, el tiempo que Dios ha establecido.
Es importante notar que el tiempo de la cosecha no es siempre el nuestro.
Muchas veces esperamos resultados inmediatos, pero Dios sabe cuándo es el momento perfecto para traer esos frutos.
En el libro de Santiago 5:7, la palabra nos anima a tener paciencia como el agricultor que espera el fruto de la tierra.
El agricultor siembra, cuida la tierra, riega las plantas, pero sabe que la cosecha no depende completamente de él.
Depende de factores externos, como el clima y el tiempo, los cuales están bajo el control de Dios.
De manera similar, nosotros sembramos y trabajamos, pero la cosecha depende del tiempo perfecto de Dios. En esa espera, debemos confiar en que Él traerá los frutos en el momento justo.
Cuando no vemos los resultados que esperamos, es fácil desanimarse y pensar que hemos fallado y que Dios no está disciplinando.
Sin embargo, estos momentos son para que nuestra fe se fortalezca.
En Santiago 1:2-4 nos dice que debemos tener por gozo cuando nos encontramos en diversas pruebas, porque la prueba de nuestra fe produce paciencia.
Dios, en su sabiduría, utiliza esos momentos de espera y de aparente frustración para trabajar en nuestro carácter.
Nos enseña a depender de Él y a confiar en Su fidelidad, incluso cuando no entendemos lo que está sucediendo.
En Romanos 5:3-5 también nos habla de cómo la tribulación produce paciencia, y la paciencia prueba, y la prueba esperanza.
Aunque no veamos los resultados, podemos estar seguros de que Dios está haciendo algo en nuestra alma..
En momentos de desánimo, debemos recordar que Dios está trabajando en nosotros y a través de nosotros, aun cuando no lo veamos.
Debemos orar para estar firmes en la fe, sabiendo que nuestra recompensa viene de Él y que Su voluntad es buena, agradable y perfecta.
Debemos animarnos unos a otros a no rendirnos, a que sigamos haciendo la palabra, confiando en que la cosecha llegará en el tiempo perfecto de Dios.
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”