II Parte : ¿QUÉ NOS ENSEÑA PROVERBIOS 17:12?

Antes de continuar con el tema, leamos el versículo:

Mejor es encontrarse con una osa a la cual han robado sus cachorros,
Que con un fatuo en su necedad

 Y Recordemos

¿Qué es fatuo?

La palabra fatuo significa necio, insensato y obstinado; es alguien que carece de buen juicio, pero cree que lo tiene.

Es decir, el fatuo no solo es terco: también es arrogante, rechaza la corrección y desprecia la Palabra de Dios como guía.

debemos ser humildes y orar unos por otros, para no caer en la necedad.

También necesitamos permanecer alertas, como dice en:

Efesios 5:15-17
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

Dios quiere que seamos prudentes, sabios y nos guiemos por Su Palabra.

¿Qué hacer si nos encontramos con un hermano en la fe que está actuando como necio (fatuo)?

En Los Proverbios encontramos la respuesta:

Proverbios 26:4
Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad,
Para que no seas tú también como él.

Debemos orar para responder con sabiduría con el fin de edificar y no entrar en contiendas, pero también encontramos otro versículo que nos da respuesta, vamos a:

Proverbios 14:7
Vete de delante del hombre necio,
Porque en él no hallarás labios de ciencia.

Este versículo quiere decir, en ocasiones al encontrarnos al hermano en la fe, es tal la necedad en que se encuentra, que la solución es no continuar la conversación, porque solo generara contienda y este no es el fin.

Jesús enseñó una parábola que también toca este tema:

El sabio edifica su vida sobre la roca —son los que oyen la palabra de Dios y la hacen

El necio edifica su vida sobre la arena —la oye, pero no la pone en práctica.

Es decir que debemos orar unos por otros para no ser tan solo oidores, sino hacedores

Debemos orar y perseverar para sabios

Recordemos lo que dijo Jesús en:

Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto;
y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

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