Vamos a leer
Proverbios 1:19
Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia; la cual quita la vida de sus poseedores.
Este versículo nos revela el poder destructivo de la codicia.
La razón: esta es una obra de la carne, por esto es infructuosa, como lo dice en Efesios 5:11.
El versículo inicia:
“tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia”.
La codicia nunca está satisfecha; siempre exige más, entenebrece el entendimiento, para llevarnos por caminos peligrosos y tortuosos, como lo dice en:
1 Timoteo 6:10
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
Las sendas de la codicia, significa tomar decisiones afectados por esta obra infructuosa de la carne, que pueden parecer prometedoras, pero en realidad conducen a la destrucción.
La codicia es como una trampa; promete satisfacción, pero al final entrega lo opuesto, es decir un vacío en el alma.
La codicia No solo afecta a quienes están obsesionados con el dinero, sino también las diferentes áreas de la vida, al caer en el error de desear lo que tiene el prójimo, por ejemplo: el talento, el trabajo, los bienes, etc.
El versículo continúa diciendo que
“quita la vida de sus poseedores”.
La codicia promete vida, pero entrega muerte. Puede ser literal, como cuando las personas pierden la vida por ambición desmedida, fraudes o conflictos; o puede ser en el alma, por ejemplo: no disfrutan de la paz de Dios, el gozo y no experimentan plenitud de vida, porque nada sacia.
La codicia puede arruinar familias, amistades, y nuestra relación con Dios.
Surgen las siguientes preguntas
¿Estamos buscando llenar el vacío de nuestra alma con solo cosas materiales o logros?
¿Qué lugar ocupa Dios en nuestras vidas?
El camino de la codicia es peligroso y destructivo, pero Cristo nos llamó para revelarnos el único camino ,el cual nos permite disfrutar de vida abundante ,basada en Su gracia, Su amor y Su provisión.
Oramos para que el Señor nos dé sabiduría para no caer en las trampas de la codicia y nos revele como vivir con gratitud, contentamiento y generosidad.
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”