Las responsabilidades, los desafíos y las dificultades nos pueden dejar sintiéndonos vacíos.
Sin embargo, en medio de todo esto, hay una verdad: la Palabra de Dios nos da vida.
En un mundo que a menudo nos deja sin fuerzas, la palabra de Dios nos ofrece la vida que necesitamos en nuestra alma
En Mateo 4:4, dice
“No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
En este versículo, Jesús dice que, así como necesitamos alimento físico para mantener nuestros cuerpos, también necesitamos la Palabra de Dios para alimentar nuestra alma.
La vida cristiana no se trata de sobrevivir; sino de vivir plenamente, y esto solo es posible a través de la Palabra de Dios.
En nuestro día a día, muchas veces nos enfocamos tanto en nuestras necesidades naturales, que nos olvidamos de alimentar nuestra alma.
Por esta razón debemos Dedicar tiempo cada día a leer la palabra de Dios, de esta forma el alma está siendo alimentada.
En el Salmo 119:50 dice:
Ella es mi consuelo en mi aflicción,
Porque tu dicho me ha vivificado.
Este versículo muestra cómo la Palabra de Dios no solo da vida, sino que también trae consuelo en tiempos de sufrimiento.
Cuando pasamos por momentos difíciles, la palabra no es solo una fuente de consuelo, sino también de restauración.
Dios nos ha dado Su Palabra como refugio.
En Juan 10:10, Jesús dice:
“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Jesús no solo vino para darnos vida eterna, sino para que tuviéramos una vida abundante aquí y ahora.
Al vivir conforme a la palabra, disfrutaremos del reino de Dios aquí en la tierra.
Para finalizar vamos a
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.